30/8/08

Pasiones Ocultas III



Pasiones Ocultas III


Estaba dispuesto a averiguar lo que había pasado la noche anterior. Se dirigía al mismo Bar por el mismo camino ignorando a cuanta persona se le cruzase por su línea recta.

-¿Viste a esa hermosa chica?-

La conversación alejada de aquellos desconocidos resbalaba en sus oídos. Escuchaba con atención el plan que él mismo había diseñado dentro de su cabeza y se sostenía en el sentimiento de indignación que lo inundaba. Deseaba tanto encontrar y descubrir a la persona que había arruinado su vida que hasta su nuevo trabajo se encontraba descuidado por parte de su mente. Sabia que los lideres de gimnasio y los entrenadores mas experimentados podían esperar, pero quizás esa persona con olor a lilas no lo esperaría

-Es extraño que una persona tan famosa como ella se alcoholice en un Bar público-

Los dos jóvenes cruzaron por su costado izquierdo sin ningún afán de mirarlo, centrados solo en la conversación que mantenían desde lejos y con voz alta. Ash apresuro el paso, la sola idea de pensar que él pudo ser criticado de esa forma por otras personas que presenciaron su anterior grado de alcohol, le enchinaba la piel -No deberían hablar así de una persona que solo quiere divertirse- él se indigno un poco mas y continuo con sus pasos apresurados


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La música moderna del bar inundo sus oídos. Las luces parpadeantes que cambiaban de colores al son del ritmo musical del ambiente, lo segaban al tocar sus pupilas. Recordaba el acomodado de las mesas y esa gran pista que se depositaba en el centro del lugar.

La barra principal se encontraba repleta de hombres de diferentes edades, variando también en su apariencia y su estado alcoholizado. Parecían divertirse con algún hombre sin suerte gritándole "Fondo... Fondo... Fondo...” con todos sus pulmones sin parar y casi al hunismo. Cerró sus ojos al sentir un recuerdo fugaz de esa escena tan similar

-Dime Gary, no piensas beber- su voz alcoholizada fue el primer sonido que escucho
-Ash, deberías parar. Dawn ya no esta aquí para ayudarte, si pierdes el control-
-Eres un pesado, esta es mi fiesta y yo puedo hacer lo que se me venga en gana-
-Solo te digo que esta es la oportunidad perfecta para parar-
-Tú y Brock son unos pesados- el nuevo y flamante Maestro Pokemon, paro de su asiento casi al instante de terminar su última palabra -¡Chicos! Juguemos- grito al llevarse entre sus manos la botella llena de su amigo castaño
-Tu puedes Ash!.... Fondo... Fondo... Fondo...-


Su recuerdo fue interrumpido por un ligero empujón que lo hizo volver en si. Risotadas femeninas se escucharon ante él -Lo... Siento!!!- grito la mujer por debajo de sus cabellos

-Debes tener más cuidado-


-¡No tienes por que... D-decirme.... eso! Yo... Y-yo soy la mejor Líder que Ciudad Celeste tiene... Así que no te metas en mis asuntos- la chica descubrió su rostro para mostrar sus ojos verdes tan desorbitados como cualquier persona con alcohol en sus venas y pareció reconocerlo. Peino sus rizados pelirrojos ante el poco asombro que le produjo su presencia y se equilibro para volver a su lugar

-¡Misty! Espera-

-Yo... Y-yo me boy- la pelirroja avanzo sin firmeza en sus pisadas hacia la barra donde docenas de hombres la esperaban impacientes -¡Chicos!"- exclamó fuerte mientras avanzaba lentamente -He vuelto-

-Preciosa donde has ido- la cuestionó un hombre robusto con mala apariencia

-Emmm... Fui... Y-yo... "Fui al tocador" jajajaj- rió divertida ante su respuesta lenta y sin sentido. El estado en el que se encontraba no era el necesario para saber la razón de sus rizas y su mal sentido del humor

-No me gusta que me mientan, linda. Te he visto hablar con otro hombre-

-¿Sabias que estas demasiado obeso?... Pero no te preocupes, yo te daré unas clases de natación en mi "Gran" piscina- volvió a reír grandemente, consecuencia del liquido que se encontraba dentro de su sistema. Las incoherencias en sus palabras eran notorias y cada vez empeoraba más

-Tomare eso como una ofensa- el hombre acortó la distancia ante ella, la sujeto de la muñeca y tomó su rostro salvajemente -Recuerdo haberte mencionado mi sensible personalidad-

Misty volvió a reír ante el dolor que le producía la fuerza bruta que se oprimía su muñeca. El olor a cerveza que él desprendía de su boca, era insoportable y esa cara llena de bello le parecía algo divertido en medio de su alucinado mundo -No creo que esa sea la mejor manera de tratar a una dama- Ash apareció tras el agresor. Se mostraba molesto e irritado. Mantenía su vista fija al daño que aquel hombre le producía a su amiga en su muñeca y se frustraba aun más al verla en aquel estado

-Me pregunto ¿Quien rayos te invito? Esto es una discusión de pareja- el hombro oprimió las mejillas suaves de la muchacha y meneo su cabeza transmitiendo una respuesta positiva de parte de ella -¿Lo vez?-

-Lo único que veo es a un mentiroso con un títere en sus brazos-

-¡Oye niño! te estas pasando. No creo que te guste verme en un estado de cólera-

-Yo te diría lo mismo, pero ahora es demasiado tarde- la furia de Ash recorrió las venas en su brazo derecho impulsándolo hacia la espinilla de aquel hombre asqueroso dejándolo en el suelo retorciéndose como una víbora cazada

Misty por su parte permaneció tambaleándose sobre sus largas piernas. Lo miraba interrogante y algo sorprendida. Se había olvidado del gran problema que le había causado a su viejo amigo y lo único que pedía en ese momento era desaparecer de su vista

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Se sintió liviana como una pluma. Sus pies flotaban en el aire sin ningún problema. Sentía un olor fino y fresco, algo fuerte para describirlo pero inolvidable al olfato. Su espalda se encontraba aprisionada por algo calido al igual que sus rodillas flexionadas -Estoy VOLANDO- inquirió fuertemente ante las sensaciones nuevas que inundaban su entorno

-Creo que la palabra era "Delirio alcohólico"-

El movimiento constante le permitía permanecer consiente. -T-tu eres el ángel de la guarda- expreso con dificultad debido a la carga de líquido amargo que inundaba su sistema

-Así es... Pero algunos me llaman Ash Ketchum-

El sonido de una puerta se escucho tras ellos. Y el caer de unas llaves la trajo ante el ya conocido apartamento de su mejor amigo -Yo conozco a un Ashhh... Hice algo que debió molestarlo mucho- él la miro desconcertado. Aparto la mesa de bienvenida que se colocaba frente a un sillón largo y la coloco despacio encima de el.

-No creo que haya sido tan grave-

-Oh si que lo fue. Quise ahogar mis penas y ahora me tienes aquí en casa de un desconocido-

La pequeña mesa fue puesta de nuevo en su lugar. -Misty...- exclamo el chico azabache ante la revelación de su amiga de la infancia -Yo soy Ash...- deposito su peso sobre la pequeña mesa de madera y acerco su rostro a ella para que no desvariara solo -Y se que no pudiste asistir a mi fiesta por motivos mayores, así que no tienes por que emborracharte por eso-

-Ash!-

-Así es Misty... Soy yo-

Unas lagrimas cristalinas no se hicieron esperar dentro de sus ojos verdes -No llegue a tiempo- sollozó tristemente, frustrada por todas las cosas horribles que había echo

-Lo se, lo se.- él se acerco un poco mas. Seco las lagrimas rebeldes que resbalaban al costado de sus ojos verdes y acaricio su cabello naranja con suavidad -No llores, me haces sentir mal-

-Tengo un secreto que quiero contarte- ella lo miro con insistencia en sus ojos. Las lágrimas seguían surgiendo debido a su estado y al secreto apasionado que guarda.

-No creo que sea necesario decirlo en tu estado- dijo él mientras acariciaba sus mejillas rozadas. La piel suave de su amiga era tan llamativa que no podía controlar la yema de sus dedos. Trazaba con delicadeza la curva de su nariz, el contorno de sus labios y la simetría de sus cejas delgadas

-Ash... estas "TAN" guapo-

-Y tu eres hermosa- El aludido acerco mas su rostro. Junto su nariz en la mejilla pálida de su amiga y comenzó a hacer el mismo recorrido que anteriormente hacia con la yema de sus dedos. Junto sus manos en los pechos de ella y concluyo su excitación con un beso apasionado. Exploro un poco más debajo de su blusa y al costado de las pequeñas caderas. Se deshizo de los colchones que impedían el movimiento y tomo su rostro para él, hasta que su conciencia lo reprendió duramente. Se aparto de ella lo más rápido posible y le dio la espalda avergonzado por su anterior comportamiento. -Yo... No quise propasarme tan brutalmente- sus mejillas morenas ardieron de calor mientras obligaba a su cuerpo a comportarse. Suspiro tragando sus necesidades y se dio valor para mirara su amiga.

Ella permanecía en el sillón. Dormía placidamente sin quejas en su rostro. Su blusa se encontraba desordenada en todo sentido. Las últimas gotas de líquido amargo se reflejaban en los lados de sus mejillas y un adorable gesto desprendía su juvenil rostro. Ella nunca se daría cuenta lo que "él" estuvo a punto de suceder y eso lo hacia sentir alivio puro.

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