EL AMOR: SENTIMIENTO, PALABRA O SOMBRA
El día apenas comenzaba, la estación del tren se encontraba repleta de personas que iban y venían sin parar. Miles de caras desconocidas lo miraban de pies a cabeza. Vestía modesto con su camisa roja y sus jeans azules. El viaje era largo así que debía estar lo mas cómodo posible, estimaba que tardaría 7 días para llegar a su destino. Kanto se encontraba retirado de Sinnoh... Tardaría "máximo" un día completo para salir de la región donde se encontraba. Rodear toda Isla Naranja. Recorrer los paisajes de Johto, dormir mientras traspasaba Hoenn para por fin llegar a la región Sinnoh. "Su viaje si que seria largo".
Acomodo su maleta a su costado mientras revisaba el boleto que días antes había obtenido -Vagón numero 5- pronuncio sutilmente mientras marcaba con la yema de sus dedos las pequeñas letras impresas. Tomo la maleta gris que descansaba a su lado y se dirigió airoso a su destino, miles de planes cruzaron por su cabeza. Su mujer perfecta lo esperaba con los brazos abiertos... La imaginaba tan bella como en sus sueños... su piel pálida y suave... con unos ojos tan hermosos como la noche... Su cabello tan largo como la profundidad del mar y con un color dorado comparable con el oro puro... Con unas piernas largas y hermosas... Y que decir de lo que esperaba de ella, su chica perfecta no solo debía ser hermosa por fuera... Le encantaban las mujeres inteligentes, "la tontedad no iba atada a su chica perfecta", eso se lo dejaba a las adolescentes que solían rodearlo. Lo que mas quería era encontrar a su media naranja y dejar la soledad a un lado.
Continúo su camino en medio de una gran masa humana, las vías del tren hicieron su aparición a su costado y frente a él apareció el majestuoso Ferrocarril... Tan grande como lo recordaba, tan espectacular como lo conocía y tan poderoso como pensaba que era -Vaya!- exclamo el moreno mientras miraba el hermoso color metálico que adornaba la fachada de su próximo transporte. Nada podía salirle mal, algo dentro de si le avisaba que ese viaje lo marcaría de por vida. Un zumbido pasó por sus tímpanos algo parecido a una advertencia
Los ojos almendrados miraron enfurecidos a aquella persona inconsciente, pero su histeria se detuvo al contemplar a la bella rubia que hacia una pequeña reverencia para disculparse de su torpeza; ¡En verdad qué era bella!, su largo cabello dorado rebasaba los limites de sus codos, su piel clara resaltaba a la vista gracias a su vestido lila y sus bellos ojos verdes encapsulaban la exótica fluidez de las olas del océano mas calido -Oh!, no- balbuceo al sentir su cara arder. No sabía ¿Por que? pero esa chica lo hacia sentir algo extraño... Como si ya la conociera desde hace tiempo -Nos hemos visto alguna vez?- el enorme parecido con su mujer perfecta lo hizo dudar. Sacudió sus manos para liberarse del polvo que sus palmas habían tomado del suelo y extendió su brazo cordialmente -Soy Ash Ketchum-
La rubia lo miro de pies a cabeza esperando recordar si alguna de sus características corporales le parecían conocidas, pero todo fue en vano -No creo conocerlo- alzo una de sus cejas y entrelazo su delgada mano con la de él -Mucho gusto- termino la presentación cordial antes de que su alarma de reloj sonara- Oh no... Tengo que irme... Gusto en conocerlo- dijo mientras tomaba algo del suelo y, emprendió su marcha hacia la ola de personas que seguían caminando sin parar
-Espera!- La chica solo desapareció tras la pila de personas que amenazaban con seguir moviéndose de un lado para otro. Su única oportunidad de conocer a su chica perfecta se había evaporado en segundos... "Tal y como había llegado se había ido"... ¿Será así el amor? Una simple palabra que sale de tus labios para describir un sentimiento único en ti que otra persona especial hace brotar de tu ser... O solo es una invención para describir los deseos más profundos de nuestro cuerpo... Quizás él nunca lo sabrá... Pero aun así debía tratar de encontrarlo, tal y como lo hizo con su sueño de ser "El Mejor Maestro Pokemon"... Quizás ese titulo podía servirle en su conquista... Pero estaba arto de las secretaras que se le insinuaban... de sus fanáticas adolescentes que solían torturarlo cada día que salía a pasear al parque de Ciudad Azafrán (donde actualmente trabajaba) y de esas retadoras que solo lo querían como premio.
La campana que anunciaba el momento de abordaje sonó tras de si. Ya nada podía hacer, la chica se había ido y junto a ella su única oportunidad de conocer a fondo lo que es el "Amor". Corrió su maleta y comenzó a acercarse al vagón donde se suponía estaría en todo el viaje... Suspiro al ver por ultima vez a las personas que corrían de un lado a otro y sonrió al sentirse liberado de sus responsabilidades
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Después de pasar por casi todos los vagones del tren supuso que el siguiente lo llevaría al correcto, ya había pasado por el vagón del comedor... aquello le había parecido una maravilla, las mesas adornadas con hermosos y largos manteles... Con unos sutiles adornos elegantes ¡Hacían lucir al comedor espectacular!... Y que decir de la vista simplemente era hermoso. El tren era extremadamente espacioso los lugares donde los pasajeros se acomodaban parecían cómodos y los pasillos anchos y largos lo hacían lucir mucho mas grande. Guiado por los números exteriores de los lugares donde se suponía ocuparía alguno, supuso que en el siguiente encontraría el número que se mostraba en su boleto. Cerró sus ojos y suspiro antes de abrir la puerta corrediza...
Deseaba que su acompañante fuera del sexo opuesto, no quería viajar una semana entera con un hombre, ya bastante tenia con los entrenadores que se disputaban entre ellos para obtener una batalla con el actual Maestro Pokemon... ¡Aquellos hombres eran mas persistentes que sus admiradoras!. Al abrir lentamente sus ojos se encontró con lo que había estado temiendo, el lugar no era tan espacioso, a decir verdad, paresia una especie de caja... solo que está tenia dos muebles en ambos costados y una gran ventana enfrente -Tendré Buena vista- musito apretando sus dientes con fuerza... Sus noches no serian tan cómodas como se las había imaginado. Bufo al pensar en la forma como dormiría... Tendría que pegar su rostro en el grueso vidrio o recargarse de espaldas en el sillón café... Pero ninguna de esas opciones le agradaban ¿Como se suponía que soñaría en aquellas posiciones tan incomodas?
Una nueva campana sonó tras cerrar la puerta corrediza, el tren empezaba a moverse con lentitud, el sonido de los rieles rozando las vías empezaba a inundar sus tímpanos. Opto por acomodarse y subir su maleta en el lugar que le correspondía (Maletera parte superior), ahora si, nada le saldría mal... Tenía el lugar y el vagón correctos... Además de una hermosa y amplia maletera donde "Quizás" podía dormir mas cómodo. En su mente apareció su imagen dentro de aquel oscuro maletero, aquello dentro de su cabeza le pareció tan gracioso que no pudo contenerse y dejo escapar las carcajadas que inundaban su garganta. Sabia que en cualquier momento alguien podía cruzar la puerta corrediza y verlo reír de aquel modo tan vulgar, pero no podía contener sus impulsos.
Apoyo su codo en la ventana y toco su frente tratando de dispersar esa imagen de su cabeza... Pero nada servia... -Me gusta verte sonreír- se escucho una voz femenina dulce y calida desde su costado -Has cambiado mucho- pronuncio la chica mientras se abría camino hacia su ligar. Ash solo la contemplaba... ella era tan hermosa... Alta, elegante y de líneas suaves. Sus largos cabellos de color oro pálido caían por su espalda suavizando aun mas sus pequeños hombros y pronunciando aquellos ojos verdes -Se lo que piensas- dijo tratando de romper el silencio que se había formado entre ellos -Te dije que no nos conocíamos y ahora llego con mi confianza hasta el tope- cruzo sus piernas sensualmente para tratar de tomar una buena postura. Su piel blanca e impura la hacia lucir débil y frágil, pero había algo en ella que impedía concretar aquella "imagen indefensa" que desprendía.
La intriga inundo al estomago vació del chico moreno que se mantenía boquiabierto frente aquella rubia. Había algo en ella que le paresia familiar pero su cerebro estaba bloqueado con la nueva imagen de unas piernas largas y hermosas-Emmm... yo...- comenzó a balbucear mientras trataba de que sus palabras salieran airosas